¿En qué consiste la Responsabilidad Medioambiental?

Responsabilidad Ambiental Empresarial

En la Constitución Española se reconoce el derecho de la ciudadanía a disfrutar de un medio ambiente adecuado. Y si existe un derecho, parece lógico que también se regulen mecanismos para protegerlo. Ahí está el papel de la Responsabilidad Ambiental Empresarial, también llamada Responsabilidad Medioambiental.

Muchas veces tiende a identificarse con la RSC, ya que están íntimamente relacionadas, pero lo cierto es que difieren en muchos sentidos. Si te asaltan las dudas sobre este concepto, puedes empezar a relajarte. Nos hemos tomado la molestia de investigar por ti.

En este artículo te contamos qué es la Responsabilidad Ambiental Empresarial, cómo está regulada bajo la Ley de Responsabilidad Medioambiental y qué tipo de acciones pueden empezar a implementar las empresas para ser más responsables con el ecosistema.

¡Dentro artículo!

Índice

¿Cuál es la Responsabilidad Ambiental de las empresas?

La Responsabilidad Medioambiental tiene en su base filosófica el principio de responsabilidad de Hans Jonas, un filósofo alemán que destaca por sus pensamientos sobre los problemas éticos, sociales y ecológicos de las nuevas tecnologías.

Este principio dice que «debemos obrar de modo que nuestros efectos no sean incompatibles con la permanencia de una auténtica vida humana en la Tierra.» Una frase que, si la analizamos bien, nos podemos dar cuenta de que tiene mucho que ver con la idea de que ‘nuestra libertad acaba donde empieza la de los demás…’

Todas y cada una de las personas que habitamos el planeta tenemos cierta responsabilidad en mantenerlo sano. Sin embargo, no podemos pasar por alto que las empresas, dada su magnitud y poder de actuación, tienen un grado de responsabilidad mayor.

De hecho, la mayoría de los problemas medioambientales son producto de actuaciones industriales.

Como mencionábamos en el artículo sobre Economía Lineal y Circular, hasta hace muy poco tiempo la prioridad de las empresas ha sido maximizar los beneficios económicos. No ha sido hasta hace unos años cuando se han empezado a considerar otros objetivos de índole social y medioambiental.

Por suerte, hoy en día existe un elevado nivel de conciencia por parte de la opinión pública, y además contamos con normativas que protegen al planeta de los daños y perjuicios causados por la actividad económica.

¿Qué es la Ley de Responsabilidad Medioambiental? Aspectos clave.

Responsabilidad Medioambiental

El poder y la conciencia de los consumidores son muy importantes para lanzar mensajes al mercado y cuidar del medioambiente, pero contar con instrumentos jurídicos para casos de mayor alcance es esencial.

La Ley 26/2007, de 23 de Octubre, de Responsabilidad Medioambiental es la ley que regula la Responsabilidad Ambiental Empresarial en España y nace como trasposición de la Directiva 2005/34/CE de la Unión Europea.

Esta regula los daños y perjuicios causados al medioambiente, centrándose en aquellos provocados por las actividades profesionales y económicas. Además, el concepto de ‘responsabilidad’ pasa por distintas fases o momentos, contemplándose la prevención, la evitación, la reparación y que se sufraguen los costes asociados a los daños causados.

Se podría decir que el objetivo de la ley no es solo castigar a las empresas que atentan contra el medio natural, sino que también considera de vital importancia centrar esfuerzos en la prevención. Así, las Administraciones Públicas tratan de fomentar que las compañías adopten medidas de gestión de riesgos de contaminación ambiental.

Algunos datos destacables son los siguientes:

• Esta ley no cubre la protección de todos los recursos naturales, como por ejemplo del aire, aunque sí del agua y el suelo.

• La norma solo se puede aplicar si no han pasado 30 años desde que el daño se ha producido.

• La ejecución de la ley la llevan las Comunidades Autónomas.

¿Cómo se determina la responsabilidad de daño ambiental?

Infografía de Responsabilidad Medioambiental

Esta ley está construida sobre el principio jurídico de ‘Quien contamina, paga’ que está presente tanto en la Directiva Europea como en el Plan de Economía Circular de la UE.

En el Capítulo II de la Ley 27/2007 se explica a fondo cómo se determina o atribuye esta responsabilidad. Por ejemplo, se especifica que cuando las causantes del daño sean varias personas jurídicas, la responsabilidad deberá repartirse mancomunadamente.

También está explícito en la norma que los propios causantes tienen el deber de comunicar a las Administraciones Públicas que han causado daño, así como de colaborar activamente en su reparación.

Entre las causas que eximen a las empresas de la reparación de los costes están la existencia de terceros implicados y el hecho de que el acto contaminante se llevase a cabo porque se siguieron órdenes de alguna institución pública.

Medidas medioambientales tomadas por empresas

Si bien la norma solo regula la prevención y reparación de los daños, el concepto de Responsabilidad Medioambiental va mucho más allá.

Si hacemos memoria, recordaremos que en el artículo de la Responsabilidad Social Empresarial hablábamos de la RSC como un concepto multidimensional que tenía en cuenta la responsabilidad con el medio ambiente.

En este sentido, podemos decir que la Responsabilidad Ambiental Empresarial no solo debería promover la prevención y reparación del daño, sino también el cuidado y la mejora del medio natural.

Y es que existen muchas acciones, más y menos ambiciosas, que una empresa puede llevar a cabo. Algunas de estas son:

• Considerar el cuidado del medio ambiente como parte de la estrategia empresarial.

• Implementar prácticas y principios de Economía Circular, reciclaje y ecodiseño.

• Promover proyectos filantrópicos relacionados con la preservación y cuidado de alguna zona natural, destinar fondos a la conservación de ecosistemas en peligro, etc.

• Crear un área de sostenibilidad o medioambiente.

Reducir los plásticos de un solo uso, ya sea en todas las áreas de la empresa o en una parte específica. Un buen ejemplo es hacerlo en los eventos públicos o las pausas-café de la empresa, a través de la contratación de caterings ecológicos.


Ahorrar energía y recursos, ya sea través de pequeños gestos como aprovechar la luz solar o no imprimir más de lo necesario, o de manera más estructural como comprando placas fotovoltaicas.

• Adoptar políticas de capacitación y formación de los empleados que tengan en cuenta la de educación ambiental.

• Considerar la posibilidad de introducir productos sostenibles o cambiar nuestros embalajes tradicionales por otros de packaging ecológico.

¿Qué te parecen todas estas iniciativas? ¿Crees que podrías empezar a implantarlas en tu empresa?

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