¿Cuál es la huella ambiental de los Juegos Olímpicos?

Alicia Gallego Menéndez

Como todas y todos sabemos, el 23 de julio empezó la celebración de los Juegos Olímpicos, que terminará el 8 de agosto. Estos son los JJOO Tokyo 2020, pero no se realizaron el año pasado porque debido a la pandemia se tomó la decisión de aplazarlos.

Los JJOO consiguen que muchas personas se sienten al mismo tiempo frente a sus pantallas de televisión para disfrutar de las diversas disciplinas deportivas que los conforman, y eso es algo precioso.

Sin embargo, no está de más que conozcamos que todas las grandes celebraciones internacionales conllevan impactos económicos, sociales y, por supuesto, también ambientales. Y eso es de lo que vamos a hablar aquí, de los efectos ecológicos y la huella medioambiental de los JJOO.

Los valores de los Juegos Olímpicos

Los JJOO son una celebración que tiene lugar cada dos años, alternando los de invierno y los de verano (por lo que, si solo se hace referencia a uno de los dos tipos, podría decirse que son cada cuatro años). Reúnen a las y los mejores deportistas, de todas las disciplinas consideradas olímpicas, para que representen a su país compitiendo entre sí.

Pero esto es algo más que una competición internacional, es una celebración que rinde homenaje a la cultura del deporte y ofrece un entretenimiento y gran aprendizaje a todas las personas que asisten como público desde las gradas o desde sus casas, a través de las pantallas.

Y, como tal, está marcada por los valores del conocido como ‘Movimiento Olímpico’: la excelencia, la amistad y el respeto.

Excelencia. Se refiere a que cada deportista va a los Juegos Olímpicos con el compromiso de dar lo mejor de sí. Participar en los JJOO es una gran oportunidad, pero conseguirla conlleva sacrificio, dedicación y entrega. Las y los deportistas lo saben y quieren esforzarse en hacerlo lo mejor que puedan para aprovechar ese momento.
Amistad. Los JJOO reúnen a deportistas de todo el mundo con un objetivo común, que va más allá de ganar, va de ser un ejemplo de deportividad y de compañerismo. Además, tienen la capacidad de unir a personas diversas, desde sus diferentes situaciones y contextos, que disfrutan a la vez de este evento.
Respeto. El tercer valor que se promueve no podía ser otro que el respeto. Respeto a la competición, respeto a las normas, respeto a la ética, respeto al sacrificio, respeto a las y los compañeras y contrincantes, respeto al equipo… En definitiva, respeto al deporte y a todo lo que lo hace posible.

Además, el Olimpismo defiende algunos principios que deben ir relacionados con sus valores. Estos son:

No discriminación.
Sostenibilidad (económica, social y ambiental).
Humanismo.
Universalidad.
Solidaridad.
Alianza entre el deporte la educación y la cultura.

Así que, sí, has leído bien, el Movimiento Olímpico defiende el principio de sostenibilidad ambiental. Esto hace todavía más importante lo que os vamos a contar: ¿cuál es la huella ecológica de los JJOO? ¿Cuánto de negativo es su impacto sobre el medioambiente? ¿Tienen realmente un compromiso frente al cambio climático?

La huella ecológica de los Juegos Olímpicos

Son muchos los factores que deberíamos tener en cuenta para poder calcular la huella ecológica real de los Juegos Olímpicos. Desde nuestras casas nos es imposible calcular una cifra exacta, pero la previsión que han anunciado desde el Comité Organizador de Tokyo 2020 es de que la cifra de este año rondará los 2,73 millones de toneladas de CO2.

Pero quizás esto tampoco te dice mucho o no te ayuda a entender eso de lo que queremos hablar. Por eso, lo que vamos a hacer es nombrar algunas de las cosas que se necesitan realizar para la celebración de los JJOO y que aumentan las emisiones de GEI y por tanto contribuyen a acelerar el cambio climático.

El transporte de todas las y los deportistas participantes con sus respectivos equipos desde países de todo el mundo al país que acoge los JJOO (mayoritariamente en avión).
El transporte de periodistas y otro tipo de trabajadores que se desplazan también desde distintos lugares del mundo para cubrir o trabajar en este evento.
Construcción de las infraestructuras que alojan las pruebas olímpicas (tanto en gasto de materiales, como de energía, de agua…).
El enorme gasto de energía eléctrica (las luces, toda la tecnología que se utiliza…). Aunque provenga de fuentes renovables, sabemos que requieren reparación y mantenimiento y no son totalmente independientes de los combustibles fósiles.
Generación de residuos (aunque este año probablemente muchísimos menos que en ediciones anteriores, debido a la ausencia de público).
Desperdicio de alimentos.

¿Significa esto que creamos que los Juegos Olímpicos no deberían celebrarse? No, ni mucho menos. Simplemente creemos que es importante nombrarlo para dar valor a los impactos medioambientales y sociales de este tipo de grandes eventos internacionales, y que así seamos más conscientes de ello.

Lo que sí queremos, y creemos que es necesario, es que sean lo más sostenibles que sea posible. Lo que nos lleva al siguiente punto: ¿Qué podemos hacer para reducir el impacto medioambiental de los JJOO?

La responsabilidad de reducir la huella ambiental de los Juegos Olímpicos

Como ya hemos visto, los propios JJOO se comprometen con la defensa del medioambiente. Sin embargo, ¿esto va más allá del discurso corporativo y del marketing o no llega a aplicarse en el plano real?

Los JJOO promovieron los juegos de 1994, en Lillehammer (Noruega), como los primeros “juegos verdes”, en los que se comprometieron con intentar causar el menor impacto ambiental negativo que fuera posible y a responsabilizarse del mismo. Y los Juegos de Vancouver, de 2010, fueron los primeros en ser denominados como “juegos sostenibles”.

La ONU reconoció hace unos años que el deporte tiene una gran importancia a la hora de impulsar y facilitar el desarrollo sostenible, y reconoció los Juegos Olímpicos como elemento que contribuía a conseguir los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible). Así que, una vez más, no podemos concederles méritos sin exigirles que cumplan con la responsabilidad que ello conlleva.

En línea con todo esto, los juegos de este año, correspondientes a 2020 y celebrados en Tokio (Japón), se han vendido como “los más ecológicos” desde que empezaron a practicarse. Además, el Comité Organizador ha establecido que las acciones de este año están encasilladas dentro de cinco ejes: 1) El cambio climático, 2) La gestión de recursos, 3) Medioambiente y biodiversidad, 4) Derechos humanos, trabajo y prácticas comerciales justas, y 5) Participación, cooperación y comunicación.

Sin embargo, ¿se cumple esto realmente? Y si es así, ¿qué han hecho para defender esta visión ecologista? Vamos a verlo.

¿Qué se ha hecho en Tokyo 2020 para reducir la huella medioambiental?

Algunos ejemplos de las cosas que han declarado desde el comité organizador que están haciendo son:

Usar electricidad de fuentes renovables.
Minimizar la generación de residuos y disponer de contenedores de reciclaje. Alegan que “se reutilizará o reciclará el 99% de los artículos adquiridos y el 65% de los residuos generados por los Juegos”.
Tecnologías de ahorro energético y de eficiencia en el uso del agua.
Las camas del recinto de la Villa Olímpica son de cartón, para poder reciclarlas.
En torno al 60% de las instalaciones ya existían, no han tenido que construirse expresamente para el evento.
Medallas olímpicas fabricadas con metales reciclados de productos electrónicos.
Podios con plástico reciclado.
Proyectos para compensar las emisiones como la plantación de árboles. Sin embargo, ya sabemos que este tipo de proyectos de “plantar árboles” puede resultar engañoso o ineficiente y es mejor enfocar los esfuerzos a reducir las emisiones que al cómo compensarlas.

¿Los Juegos Olímpicos más ecológicos de la historia?

Una publicación realizada por la revista Nature mostraba una comparación de los JJOO celebrados desde 1992 respecto a su grado sostenibilidad. Esta sostenía que, de las 16 ediciones llevadas a cabo desde entonces (tanto de verano como de invierno) hasta este año, la media que daban sus indicadores estaba en una sostenibilidad de 48 sobre 100.

Si bien es cierto que en él se hace referencia a la sostenibilidad en sus tres facetas (económica, ecológica y social), la media de la ecológica era la más baja, una puntuación de 44 sobre 100. Según este artículo de Nature, los JJOO más sostenibles fueron los de 2002 y los de 1992. Así que no, los juegos de este año no serían los más ecológicos de la historia, o al menos no según estos parámetros.

Ese mismo estudio recogía tres propuestas para conseguir que la celebración de los JJOO sea realmente más sostenible: reducir el tamaño del evento para reducir el gasto de recursos y materiales, elegir varias ciudades y realizarlo siempre ahí de manera rotatoria para poder reutilizar las infraestructuras, y crear un organismo independiente que se encargue de velar por la sostenibilidad en las Olimpiadas.

El año que viene se celebrarán los JJOO de invierno en Beijing. Y esperamos que se organicen intentando causar el menor impacto negativo y la menor huella ambiental que sea posible, con una responsabilidad real que vaya más allá del marketing. Además, eso es lo más ético y, por tanto, lo que encaja con esos valores del Olimpismo que promueven el respeto y el bienestar.